Bueno tome una decisión, durante el resto de los días libres que me queden me dedicaría a hacer su estadía lo mas mala y parecida al infierno posible.
Por la reciente visita de mi detestable primo, mi madre se ha empeñado en hacer salidas entretenidas o a campo como las llama ella, como esta de vacaciones le sobra el tiempo libre, ¿Qué no entiende que a veces a las personas les gusta descansar, quedarse en casa y luego leer un buen libro o ver una buena película?, ese es un excelente panorama para mi, pero no, ella tiene que salir y desperdiciar el tiempo.
Ah!!!!!!! Y por supuesto solo yo estoy en contra de salir, pues mi hermano no me ayuda mucho, el por su parte esta feliz de salir y Andrés lo influencia de una forma sorprendente, con decir que le arma panoramas con los que después el pequeño no para de hablar y se asemeja a un loro parlanchín, lo llena de ideas, todo esto me hace sentir sola contra el mundo, pero así es la vida ¿verdad?
Fuimos a un lago a acampar, con carpas y todo, ¿cuál seria el gusto de dormir mal? creo que nunca lo entenderé; lo peor es que tendría que compartir carpa con Andrés, ya que mi “hermanito” se negó a dormir con otra persona que no fuera mamá.
-¿En que piensas?-pregunto Andrés por la noche.
-En nada, intento dormir ¿sabes?-quizás así termine este infierno susurre, aunque probablemente no me pudo escuchar.
-¿Que es lo que te he hecho?,¿por qué me odiad tanto?-pregunto, pero creo que ya casi estaba dormido, a simple vista ni siquiera sabia lo que hablaba.
-¡Disculpa! pero tu eres el que desde el primer día llego arrogante riéndose de mi, y la verdad yo no encontré la gracia.
No se como pero me logre quedar dormida y por la mañana cuando desperté lo primero que sentí fue algo pesado en el abdomen, que resulto ser su brazo, me estaba abrazando y además percibí una respiración calida junto a mi oreja.
Ni siquiera quería moverme para no despertarlo, comencé muy, pero muy despacio a darme vuelta, cosa de quedar de costado frente a él, se veía tan pacifico y… no sé, tan infantil hasta lo sentí indefenso; de pronto abrió los ojos, pero logre desviar la mirada y no se dio cuenta de nada.
Cuando volvimos a casa me di cuenta que tan solo me quedaba poco tiempo para la U, y ni siquiera me había empezado a preparar mentalmente para lo que significaba.
-¿Qué sucede te ves preocupado?- le pregunte a Andrés cuando lo vi algo afligido.
-Pescaron a mis amigos en algo no muy bueno, ya sabes, relacionado con drogas por lo que van a pasar una buena temporada en la cárcel.
-Oh!!! Que bueno que tú no estabas allá.
-Pensé que tú no me querías cerca.
-Sip, pero no por eso te voy a desear que vayas a la cárcel, no soy una bruja ¿sabes?
-¿En serio?, ¡quien lo creería!
-Ja muy chistoso-respondí-luego soy yo la antipática y antisocial.
-Y cuando comienzan tus clases-me pregunto Andrés cambiando de tema.
-En una semana, ¿aún vas a estar aquí?
-¿Por qué? ¿Quieres que esté?-era sorprendente su habilidad para dar vueltas mis palabras.
-Solo preguntaba-dije bastante molesta ya.
La noche, durante la cena mi madre saco a relucir toda su bondad y deseos de ayudar al prójimo.
-He invitado a Andrés a pasar el año con nosotros-nos informo, porque ni siquiera pidió mi opinión- es lo mejor para ti-dijo dirigiéndose a él-ya que allá tenias muchas influencias negativas, y no quería que te perdieras.
La verdad no pensé que Andrés aceptaría, pero así lo hizo.
-Te lo agradezco mucho tía, eres como una madre para mí -dijo Andrés con voz serena.
Bueno tenía que hacerme la idea, tendría que soportarlo un año, un año completito.
-Bueno-dije sin antes suspirar-¿y en donde dormirá?, ¿con Pipe?- pero mi hermano ya había empezado a protestar antes de que pudiera terminar la pregunta.
Entonces mi madre creó una habitación en el primer piso de lo que antes sólo era un cuarto de estudio, por lo que tuvimos que trasladar todos los libros y el computador a mi pieza que era la mas grande de todas; eso nos dio mucho trabajo de mas de un día.
¡Oh, madre mía! Mañana sería mi primer día en la universidad, por la noche no pude pegar ni un ojo, lo peor fue que por la mañana tenía unas ojeras bajo los ojos que me daban un aspecto de cadáver, las cuales trate de disimular con maquillaje. No me sentía nada preparada para mi primer día, pero me dije a mi misma que tenia que darme fuerza y ser la mujer que era ahora, ya no era una niña.
Continuará
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